.... y como
van las Cosas ?
Frecuentemente en las visitas que realizamos a las empresas de Flores,
y después de los saludos de rigor alguien lanza la obligada pregunta,
...y como van las cosas ....
Apartándonos un poco de la confusa y oprimente realidad nacional y centrando
nuestro análisis en el devenir económico del sector Floricultor, debemos
reconocer que en sus aspectos macroeconómicos las cosas van bien.
Primero la adquisición masiva por parte de inversionistas extranjeros
de extensas fincas de Flores en Colombia y el Ecuador refleja el grado
de confianza en el potencial del mercado externo, particularmente de los
Estados Unidos, país cuya economía ha crecido en los dos últimos años
a tasas cercanas al 6 % y cuya economía se ve hoy mas fuerte que nunca.
En el panorama económico nacional, la devaluación acumulada de 7 % en
lo corrido del año garantiza a los exportadores una compensación entre
la inflación local y el ingreso obtenido con los precios de exportación
de sus productos.
La competencia por los mercados internacionales, después de la caída del
mercado Ruso ha reorientado la oferta de flor ecuatoriana, de muy buena
calidad, al mercado Norteamericano. En este panorama al floricultor Colombiano
le ha favorecido ante todo, el mas bajo costo de su producción y esto
debido fundamentalmente a dos razones: Por una parte al modesto tamaño
de sus inversiones por hectárea frente al comparable en las empresas ecuatorianas
y por otro lado la mayor oferta de mano de obra profesional calificada,
elemento de costo muy significativo en la economía de las empresas ecuatorianas.
Debemos ademas sumarle a esto los esfuerzos de los empresarios colombianos
por aumentar la productividad y los logros alcanzados en la implementación
de nuevas tecnologías como la del cultivo hidropónico del Clavel que prácticamente
ha superado los antiguos limitantes de dicho cultivo debidos a la enfermedad
fusarium oxisporum.
Pero si bien son muchos los logros alcanzados debemos reconocer que por
otro lado el sector ha crecido poco en area desde hace varios años. Ha
sido necesario enfrentar circunstancias adversas como la revaluación durante
los últimos años, y la pérdida de posicionamiento en el mercado mundial
de las variedades predominantes en Colombia.
Ante estos desafíos debemos redoblar esfuerzos para acelerar el proceso
de transformación de nuestras empresas para adecuarnos mejor a las nuevas
tendencias del mercado, a las condiciones que impone la ley de obtentores
de los materiales genéticos y a las directrices del ordenamiento mundial
sobre la conservación de los recursos energéticos, del agua y la preservación
del medio ambiente. Igualmente debemos enfocar mayores esfuerzos hacia
la modernización en las áreas de comunicaciones, de la sistematización
y comunicación satelital, sistemas estos que se impondrán en el
mundo en menos tiempo del que generalmente creemos. Debemos luchar para
no volvernos una industria vieja y obsoleta. Debemos marchar de la mano
con la tecnología y la capacitación del personal a la vanguardia en el
desarrollo de nuestras empresas para que las cosas sigan marchando bien
y mejor cada día como esperamos todos los Colombianos.